Lola Nieto Martín. Internista. Hospital Virgen del Rocío. Sevilla.
En términos generales, la palabra auditoría puede parecer ajena a la labor habitual del médico internista. Estamos acostumbrados a movernos en terrenos como la asistencia, la docencia, la investigación o incluso la gestión, pero estamos menos cómodos hablando de seguridad, calidad, evaluación, procesos, seguimiento o resultados. Sin embargo, resulta fundamental analizar y evaluar los problemas que podamos ir detectando con el objetivo de buscar soluciones y obtener los niveles más altos de calidad en la prestación de los servicios de salud que damos a nuestros pacientes.
Con la finalidad de poner en valor la práctica actual de la medicina interna, es necesario conocer, aunque sea de forma general, algunos conceptos básicos sobre procesos de calidad, protocolos y pautas, grupos focales, escalas de evidencia, guías y trayectorias clínicas y de seguridad del paciente.
La auditoría clínica es una herramienta más en las garantías de calidad de una organización sanitaria. Pretende comparar la calidad deseada y la calidad observada de acuerdo con unas guías técnico-científicas previamente establecidas.
Se trata de una estrategia destinada a mejorar la calidad de los procesos y resultados en los pacientes de un servicio clínico. Se realiza mediante un proceso sistemático de revisión de la práctica, por profesionales cualificados que usan criterios explícitos; de esta manera, es posible comparar los resultados y los indicadores de nuestra práctica clínica con sus estándares.
El componente clave de las auditorías clínicas es la revisión de la práctica para asegurar que “lo que se debe hacer, se hace”, a la vez que se provee un marco global para aplicar las mejoras. Se trata, pues, de usar la metodología de la auditoría en el proceso clínico, siempre que previamente se haya definido un algoritmo o una pauta.
Las características esenciales de una auditoría son: objetividad, participación, confidencialidad, confiabilidad, honestidad, planificación, continuidad, flexibilidad, eficiencia y calidad. En este sentido, el papel del médico internista puede ser crucial al aportar su visión general e integral que intenta ofrecer las mejores respuestas a los pacientes que atendemos.
En la siguiente presentación podemos profundizar en el concepto, los tipos, los métodos empleados, el proceso, los criterios, los estándares así como los problemas más habituales a la hora de realizar auditorias clínicas.
Auditorías en Medicina, Dr. Luis Troncoso
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En la práctica, la auditoría clínica, como instrumento de mejora de calidad, ha tenido un impacto escaso en el sistema sanitario, con la salvedad de la evaluación del cumplimiento de la documentación médica. Sin embargo, en el Reino Unido el gobierno sí ha puesto en marcha varias iniciativas estratégicas para potenciar las auditorías clínicas. La web Healthcare Quality Improvement Partnership está dirigida a los órganos de gobierno de las instituciones sanitarias públicas británicas con el fin de fomentar metodologías y estrategias para desarrollar auditorías clínicas. Su objetivo es mejorar los resultados en salud al permitir que quienes encargan, entregan y reciben atención médica, midan y mejoren los servicios de atención sanitaria.
También es posible consultar uno de los documentos básicos que la organización a elaborado a tal efecto.
¿Qué ventajas tiene adoptar protocolos en la práctica clínica?
Los protocolos permiten homologar la actuación médica y el proceso clínico. Por otro lado, introducen el rigor de los manuales de los procesos industriales en el ámbito de la gestión clínica.
Además, el empleo de esta metodología en la asistencia sanitaria facilita el desarrollo de la práctica de auditorías clínicas.
Limitaciones en la aplicación de protocolos en la atención sanitaria.
En ocasiones, la aplicación de protocolos resulta imposible ante la complejidad clínica que supone la pluripatología. Con la aplicación rigurosa de los protocolos se consigue garantizar el cumplimiento de un proceso, lo cual no está necesariamente vinculado a la mejora de los resultados. A menudo encontramos una gran variabilidad en los protocolos debido a que éstos no precisan justificación científica, dado que solo se basan en una determinada voluntad de cómo se deben hacer las cosas, existiendo por tanto varias posibilidades de protocolo para cada proceso.
Para saber más.
Recomendamos la lectura del siguiente blog, en el que se da respuesta a la necesidad de utilizar indicadores asistenciales para detectar los problemas de calidad que tienen los hospitales.
¿Necesitamos auditorías o indicadores para controlar la calidad y la seguridad de los centros sanitarios? Promoviendo la confianza. María Luisa de la Puente. Avances en Gestión Clínica. 17 Febrero de 2017.
También encontramos un buen ejemplo en esta presentación del último Forum Internacional de Calidad Asistencial de Gotemburgo, donde analizaron interesantes trabajos de uso combinado de indicadores y observación directa de procesos quirúrgicos en Holanda.
Association of Surgeons in the Netherlands (ASN), conjuntamente con el gobierno de Los Países Bajos.
Por último, merece la pena ver esta presentación donde se proporciona una breve descripción del proceso de auditoría clínica e incluye una guía paso a paso para llevar a cabo un proyecto de auditoría local exitoso. El vídeo es sencillo e incluye una serie de sugerencias y consejos prácticos para quienes realizan auditorías clínicas.
Muy interesante, debemos acostumbrarnos a que si revisamos cono hacemos las cosas podremos mejorar